Si el agua es para hidratarse ¿Por qué tus labios no pueden salvarme? En su roce encuentro el eco de un deseo que no cesa de buscarme. Tus ojos, océanos profundos donde naufrago sin un rumbo esperando hallar en sus corrientes el aliento que avive mi mundo. Las noches, desiertos eternos donde la luna es mi único consuelo y en cada gota de este tormento se esconde el reflejo de tu desvelo. Si el agua es para dar vida tus besos deberían revivirme pero solo me ahogo en este anhelo esperando que puedas sentirme. Así, mi sed es infinita en un desierto de esperanza y duda donde cada pensamiento tuyo es un oasis que nunca me saluda. Espejismos que se desvanecen como bruma en la madrugada dejando tras de sí el vacío de una pasión nunca saciada. Cada palabra tuya es un faro en el mar de mi desvelo y aunque me pierda en este abismo no dejo de soñar con tu cielo. Si el agua es para calmar ¿Por qué tu ausencia es mi sequía? Cada suspiro es un susurro que en la distancia se disipa. Sed inmarcelsible, eterna y pura es la que tus labios me han dejado y aunque me consuma en su dulzura en mis sueños tus besos han quedado. Así, mi vida es un espejismo un oasis que no puedo tocar y en cada gota de tu ausencia mi corazón sigue sin parar.